jueves, 24 de mayo de 2012

himno


iba con mi madre en un susuki blanco. 
al otro día iban a vacunarme en la escuela y ya me dolía. 
me dolía de antemano. 
encima del brazo tenía la sensación de los documentales, 
de lo que había visto y oído, 
de lo que intuía. 
la aguja perforando mi brazo. carajo. 
mierda de vida. 
miraba los rostros de los obreros. 
miraba el gesto de los albañiles y pensaba
que eran pobres pero afortunados: 
a mí iban a vacunarme. 
estaban inmunizándome, seño, 
o me estaban matando?
qué querían con mi cuerpo, profe?
edulcorarme o volverme mogólico?
darme un shock de magia
o paralizarme frente a la vida, 
no sentir dolor?
qué tenían aquellos castigos miserables, 
qué hay de todas las sumas que borré al pedo?
alguien va a devolverme, 
al contado, 
las lágrimas por los muy bueno?
quién acotará mis costas que ahora se han desbordado?
no usaré nunca más más de un pulóver. 
lo juro. 
evitaré cualquier corbata que no sea recreativa. 
qué prentendían aquellas jeringas, aquellas agujas?
hipnotizarme?
no han conseguido hacerme suficiente daño. 
he salido impune de varios besos y me he recatado. 
giro y persigo el paranocio giro. 
quiero ver bailar sobre el cambio tu espalda desnuda, 
tu espalda única. 
tu espalda tan fin del mundo. demasiado. 
he pensado en revelar y rebelarme. 
he pensado en cosas que no pienso seguido. 
ir a las maestras, 
buscarlas, 
hacerles preguntas difíciles para humillarlas. 
algunas, 
amorosas, 
tendrán todavía maquillaje y sonrisa. 
estarán intactas las bonitas de mi infancia. 
las compañeritas que amorosamente me daban vuelta la cara. 
temían su vagina más que mis entrañas
y allá estábamos: simulando ser cristianos. 
quiero ser judío. quiero ser lo que seas. 
porque también estoy escribiéndote a vos. 
porque también estoy escribiéndole a ellas. 
porque también estoy escribiéndome y desgarrándome, 
como un pedazo de níquel que ignora la cerveza, 
como los metales que no saben de los ácidos. 
duros. estrictos. conscriptos. 
todos cerrándose encima de la ventana abierta del susuki blanco. 
y yo pensando, pensando: qué suerte tienen los demasidos, 
los vastos adultos sin escuela que mañana no serán vacunados. 
qué suerte la ajena. qué suerte, carajo. 
fueron varios años de pensar lo mismo. 
de pensar eso. 
hasta el día, adolescente, en que comprendí algo. 
en que se sellaron las capas de mi cráneo y dije eureka y aleluya y vivaperóncarajo. 
ese día (incierto por cierto y todavía pálido y borroso)
la vida se me mostró desierta como una mosca atascada en la fantasía del vidrio. 
como las moscas que yo cazaba después del almuerzo mientras la silvia merodeaba la cocina. 
la mosca asediada, contra lo transparente insoportable. 
la mosca frente a la nada imbatible. el atajo asesino y mosquicida. 
la mosca resuelta a entrar en mi pequeña cajita de metal. 
la mosca resuelta a matarse, loca de amor y embarazada (tal vez) de un mosco encantador. 
la mosca en la caja y el niño en la casa. 
crece. crece. lo aman y lo besan sus maestras. 
le dan la bandera (con cuatro más, ojo).
le planchan el pelo y la cabeza. 
lo mandan a estudiar afuera. lo aman. 
lo besan, lo quieren, lo rezan como buenos cristianos. 
lo empujan al abismo de sí mismo y a las camisas. 
elige las remeras y el simulacro. 
te elige en la vida como jamás se hubiese elegido a sí mismo. 
qué vamos a hacer a partir de ahora sino escaparnos?
qué haremos desde esta hora sino salir por atrás, hacia el patio?
el patio del mundo dirás, con todo la onda. 
yo diré vamos. vos dirás vamos. 
los vamos se irán de la mano. 
junto a junto abrirán la camisa del niño malvón transplantado. 
el ciclo del hombre cerrará sobre la mismísima entrepierna. 
liberados en el pólen del futuro inútil. 
nihilistas de almas tomar. 
apoderados y sinuosos como estelas de barro. 
blancuzcos como el minuto de sol en que se suicida un rayo. 
abrigándonos todavía. 
la revolución ha pasado a segundo plano. 
la revolución ha mutado en literatura. 
al abismo le han sembrado árboles y alegría. 
las plazas son clarísimas y siniestras, como datos. 
el cura espera en la misa y muere solo, seco de esperma.
nosotros, en cambio, moriremos de pie, como los árboles (de casona). 
(cursi, básico, sin abs ni levantavidrios teatro).
ni tanto. 
moriremos como haya que morirse. como sea necesario. 
miraré al niño pasar y le diré que no permita, 
por nada del mundo, 
que lo vacunen contra algo. 
que no puede pasarle nada malo. 
que confíe. 
sabe más una tía vieja que toda la literatura inglesa. 
los años nunca serán suficientes para ser conscientes de la vida. de lo vivo. 
jamás entenderemos científicamente el beso. ni el vaso. 
arder es el principio de estar curado. 
curarse es inventar el paraíso sin esperar dios a cambio. 
libertad. 
libertad. 
libertad.