domingo, 24 de julio de 2011

la mitad oscura del sol

si el sol fuera una moneda, bueno: debería tener una mitad oscura. una mitad oscura que fuera la luna de otro planeta. el universo sería una mesa sobre la cual el círculo resplandeciera. una mesa negra, no? algo minimalista. puede ser. si el mundo fuera una suma de tablas sobre la que apoyar la cena y olvidar las sobras de la cena. sobre la que hacer el amor, encenderse. si el universo fuese una mesa sobre la cual apoyarse para escribir unas memorias. las memorias del lucero del alba encandilado por los gallos. por los gallos de oro del sol. leer a rulfo. casi con devoción.
ponerle a la mesa un mantel (el cielo) y pernoctar dejándole muecas de vino sobre el hule. pedacitos de carne humana en los vértices. y postre, sobre todo postre. si el sol fuese una moneda tomarse un colectivo con un sol para ir a verla, siete mil kilómetros allá, y gastar toda la luz del mundo por un solo beso. por agua, digamos. eso quiero decir.
la soledad aparece para hacernos compañía. estamos muy solos a pesar de tanta gente que no cabe en las ciudades. las ciudades bajo el sol (moneda) están solas y muertas de hambre. muertas de sangre, también. pero la violencia es un mal necesario, no? digo: tirar un vaso contra una pared para no sentirse un estúpido, un insensible. creer en dios para pasar el rato, para gastar el sol en un helado sin perder la cabeza, sin volverse loco, sin atormentarse.
quiénes ven la mitad oscura del sol? quiénes son nuestros hermanos? quiénes cuando nos bronceamos observan la negritud y rezan pensando en nosotros? como nosotros le rezamos. dios bendiga a la serpiente emplumada.
venga la noche y hágase la luna, para que el sol tenga sentido.

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